Todo el mundo habla ahora de finanzas personales. Hay mil artículos en la red que citan “Los 10 pasos para salir de pobre”, “5 decisiones que toman los que son ricos”, “Los 3 pasos para resolver tus deudas”.
Tiene cosas interesantes y útiles, no digo que no los leas, pero la verdad es que no hay recetas reales para las finanzas personales.
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Las finanzas personales son eso, personales. Son las decisiones que tomamos las mujeres personalmente sobre qué hacer con nuestro dinero. Hay ciertos pasos que ayudan y yo les compartiré los que me han ayudado pero, cada quien tiene que hacer su propio plan financiero dependiendo de sus características y condiciones personales.
No es lo mismo una mujer de 25 años, soltera, que tiene un sueldo para ella sola y aún vive con sus padres que una madre, también soltera, de 35 años, con 2 hijos y que se hace cargo sola de todo. Además es importante recordar que las mujeres no solo gastamos dinero sino también nuestro tiempo, nuestro talento y muchos otros recursos.
Por lo que saber lo que gastamos las mujeres es muy importante y ya hemos hablado de eso en otras ocasiones. Hoy les comparto una idea fundamental para iniciar la preparación de un plan financiero: No puedes gastar más de lo que ganas.
- Además de querer hacer un plan financiero, que es súper importante, lo principal es saber con cuánto cuentas. ¿Cuánto dinero ganas? Cuánto recibes por algún extra como pensión alimenticia de los hijos, vender joyería en tus ratos libres u otros cosas por las que tengas un ingreso.
- Por el otro lado, saber exactamente cuánto gastas es crucial para poder mejorar tu economía. Te recuerdo que no podemos gastar más de lo que tenemos. Ahí es donde aparecen las terribles y tentadoras tarjetas de crédito.
- A mi, lo que más me ha servido es llevar un muy estricto control de gastos. Hay bastantes aplicaciones para dispositivos móviles que ayudan mucho con ese proceso. La que yo uso se llama Money Journal Lite y la descargué gratis. Muy fácil de usar. Les cuento que los primeros meses parecía maniática con mi telefonito en la mano cada cinco segundos apuntando todo lo que gastaba, si daba una propina, si pagaba el transporte público o sacaba una fotocopia. Luego aprendí que tengo gastos fijos. Ya podía saber cuánto gastaba en transporte al mes, podía saber cuánto pagaba por mantener a mis mascotas y muchas cosas. Ser tan estricta en el control de gastos me ayudó a conocerme mucho mejor a mi misma, mis gustos, mis preferencias y mis obligaciones.
- Una vez puestos mis gastos fijos que ya se suman solos, le voy agregando lo que es extra. También pongo notas sobre si lo compre con dinero en efectivo, tarjeta de débito o tarjeta de crédito. Ahí fue donde vi el hoyo que le estaba haciendo a mi futuro. Estaba gastando más de lo que ganaba sin darme cuenta.
Así que te propongo que hagas un balance entre lo que ganas y un muy estricto control de gastos para que descubras cuáles son tus necesidades y gustos y así puedas planear adecuadamente cómo usas tus recursos. A mi me funcionó e hice lo mismo para el corazón. Ya no gasto más de lo que tengo.