A mí me da mucho gusto poder explicarle conceptos financieros, que muchos ven como muy complicados, en forma más fácil de entender. Pero si no logra entender lo que le voy a platicar, va a perder lo que verdaderamente importa. Le quiero dar una perspectiva sobre lo que yo llamo “el gran malentendido”.
El gran malentendido es una mala interpretación donde creemos que para tener más, necesitamos aferrarnos a lo que tenemos. Cuando le llega un dinerito, si lo agarra y lo aprieta, usted cree que lo va acumular y se mantendrá cómodo. Pero el problema con tratar el dinero con la mano cerrada es que no puede entrar más.
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La única manera que puede recibir más dinero, es con la mano abierta. Hay quienes mientras más acumulan, más miedo tienen de perderlo.
Para esas personas, ese dinero se convierte en su única seguridad en la vida y eso es una enfermedad que le va a causar problemas en todos los aspectos de su vida.
Han ido a un rancho donde hay un estanque donde entra agua, pero no fluye. El agua sólo se queda ahí, no se mueve. Al poco tiempo, comienza a crecer suciedad, espuma, moho, ¡apesta! Es igual con la gente que no da; se enmohecen, apestan, ¿lo ve?
Eso es lo que sucede con todo lo que se tapa, todo lo que se estanca, donde algo fluye hacia ahí, pero no sale por el otro lado. Eventualmente, empieza a apestar; el ser humano es igual. Esto de la generosidad, algunas veces, es difícil de encontrar, porque nadie regala, nadie ayuda a menos que le nazca del corazón.
Todo lo que yo enseño le va a llevar hacia la paz financiera; son diferentes ingredientes los que se necesitan para llegar. En mi opinión, la generosidad es uno de esos ingredientes necesarios en un buen plan financiero.