En el afán por cumplir el sueño de la casa propia, muchos nos lanzamos a solicitar el crédito al banco sin antes haber comprobado si realmente estamos en la capacidad de asumir esa deuda. Es cierto que las instituciones financieras realizan una evaluación, pero puede que usted tenga más gastos de lo que piensa o incluso algunos que no están registrados y que terminan haciendo su presupuesto más grande.
Otro error que se comete al no calcular cuánto puede pagar sin correr riesgos es aceptar una cuota más alta de la que debería. Puede que todavía le quede dinero para sus gastos mensuales, pero que ya no le alcance para ahorrar nada, lo que en consecuencia hace que no esté preparado para asumir cualquier emergencia que pueda presentarse, como algún accidente, enfermedad o avería de su patrimonio.
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Antes de solicitar el crédito hipotecario, arme un presupuesto donde incluya todos sus gastos y tenga en cuenta lo siguiente: De acuerdo a los expertos, lo máximo que debería destinar al pago de la cuota mensual es 30% y un 10% a pagar las otras deudas (préstamos personales, tarjeta de crédito, etc.).
En caso no tuviera otras deudas –lo cual sería ideal-, podría destinar el 40% de su salario al pago de la hipoteca. Por ejemplo, si gana 20 mil pesos por mes y sí tiene tarjetas de crédito que paga todos los meses, debería destinar un 6 mil pesos al pago de la cuota de la hipoteca; si no tiene tarjetas y esa será su única deuda, podría pagar hasta 8 mil pesos.
Recuerde que si el crédito lo solicita junto a su pareja, también cuentan los ingresos que tenga él o ella, por lo que la cuota que pague podría ser mayor. Esto también se aplica si tiene otras fuentes de ingreso fijas. Una vez que sabe cuánto puede pagar, asegúrese de solicitar el crédito que más le convenga.
No necesariamente tiene que ser un banco, una financiera u otros podrían brindarle mejores condiciones. Compare las opciones antes de elegir, para comprobar cuáles son las alternativas disponibles.