Antes de solicitar un crédito hipotecario debemos analizar con cuidado las condiciones que nos ofrecen, principalmente lo que se refiere a los prepagos, el enganche y por supuesto, la tasa de interés. Sobre esta última, podrá elegir si desea una tasa de interés fija o variable.
Al tener una tasa fija, pagará el mismo monto mensual hasta cancelar el crédito; por otro lado, al obtener una tasa variable, las cosas funcionan un poco diferente.
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Principalmente, como lo dice su nombre, la tasa variable implica que los montos a pagar variarán. Esta variación puede indicar que un mes pague una cantidad menor y que los siguientes la cuota se incremente.
El incremento o disminución de la cuota a pagar dependerá de la variación de la tasa de interés, la cual a su vez, depende de la Tasa de Interés Interbancaria de Equilibrio (TIIE). Si esta sube, la tasa efectiva de su crédito también subirá. A punto de cerrar el 2016, los bancos han anunciado que el próximo año elevarán su tasa de interés entre 0.25 y 0.50%, lo que significa que empezará a pagar más por su hipoteca.
Recuerde que si la situación se le complica mucho, lo ideal es solicitar un reajuste de la hipoteca antes de atrasarse, ya que lo segundo traerá consecuencias negativas en el Buró de Crédito.
Si todavía está pensando en qué tasa escoger, la recomendación es que escoja una tasa fija y un crédito que le dé las facilidades correspondientes. Revise las diferentes opciones del mercado antes de solicitar alguno.