Las hipotecas no son créditos que se paguen en uno o cinco años, la verdad es que incluso pagar una en diez años es complicado. La mayoría de personas toma estos créditos por quince, veinte o incluso treinta años. Durante todo ese tiempo, deberá pagar la misma cuota (en caso de tener una tasa fija) e ir viendo cómo poco a poco se reduce el monto que adeuda.
Pero, ¿qué otras cosas pueden pasar en todo ese tiempo? No es un secreto que la inflación aumenta con los años, así que el costo de vida empieza a subir, aunque no siempre en el trabajo le empiecen a pagar más.
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Algo en lo que no muchos piensan cuando adquieren un crédito hipotecario es en la posibilidad de quedarse sin trabajo, lo cual es algo bastante real. Entonces, si llegara a pasar, ¿sabe cómo quedaría su hipoteca si usted demora algunos meses en volver al campo laboral?
Empezaría a atrasarse y le costaría bastante ponerse al día, ya que hablamos de cuotas que no son pequeñas como las de otro tipo de crédito. Es ahí donde aparece la figura del seguro de desempleo, el cual se hace efectivo cuando una persona es despedida de su trabajo y no tiene cómo pagar el crédito.
La aseguradora se ocupa de los pagos mientras usted consigue un nuevo empleo, evitando así el atraso. Si bien esto representa un gasto extra, debe ponerse a pensar en que mucho puede cambiar en quince o veinte años, y estar preparado para estas situaciones es considerado un acierto más que una pérdida.
Usted puede elegir si tomar los seguros que le ofrece el banco o elegir algún otro, pero siempre compare qué opciones tiene. Esta recomendación debe aplicarla no solo en el caso del seguro, sino también el de la hipoteca. Muchos terminan perdiendo opciones buenísimas porque se quedaron con la primera oferta. Compare todas las opciones en un solo lugar con el comparador de créditos de vivienda de Comparabien.