Manejar con las calles llenas de agua hace que la conducción sea más difícil y el riesgo de sufrir accidentes aumenta, por lo que se debemos tener más cuidado. Sin embargo, ese no es el único peligro que el agua de lluvia trae.
Imagine que deja su auto afuera durante toda la noche y a la mañana siguiente se da cuenta de que llovió toda la noche. Su coche ahora está empapado, pero como no tiene tiempo para limpiarlo antes de ir al trabajo, decide llevarlo así como está. Eso es lo que suele sucederle a la mayoría de personas y es lo que puede terminar dañando el auto.
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Las manchas grises que se adhieren al auto son la sal que deja el agua al secarse, la cual puede dañar la pintura del coche si no es removida con prontitud.
Un lavado simple al auto arreglará la situación y evitará que se generen daños a la pintura. La temporada de lluvias requiere que prestemos mayor atención al cuidado del auto y, como se mencionó al inicio del artículo, también a nuestra forma de manejar.
No se arriesgue y proteja su vehículo con un seguro que lo cubra ante cualquier situación. Compare sus opciones u elija la que se adecué a su bolsillo.