Uno de los errores que solemos cometer es utilizar la tarjeta de crédito o solicitar préstamos personales para comprar todo tipo de cosas. De esa manera, le damos un mal uso al crédito y pagamos intereses de manera innecesaria.
Pero, ¿es posible identificar si algo es “digno” de ser comprado a crédito? Así es y para eso, la próxima vez que esté pensando en utilizar el crédito en alguna de sus formas, hágase estas tres preguntas:
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1. Cuando lo termine de pagar, ¿seguirá conmigo?
Esto sirve para evaluar la vida de lo que comprará. Por ejemplo, si se trata de una cena, se acaba el mismo día, pero si la financia a algunos meses, seguirá pagando por ella cuando ya haya dejado de existir. Pasa lo mismo cuando va al supermercado para llenar la alacena. Si va a pagar a crédito por algo, que sea porque vivirá lo suficiente para que lo disfrute aún después de haberlo cancelado.
2. ¿Es algo que solo se usa una temporada?
¿Pagará todo el año por algo que solo usará en enero y febrero? Si es así, mejor piénselo dos veces.
3. ¿Si lo compro ahora es más barato que comprarlo después?
La principal razón para decirle que sí al crédito es cuando lo que quiere comprar le saldrá más barato, ya sea por el momento o por el medio de pago. Si se presenta una oferta irresistible, de algo que ha deseado por bastante tiempo y que además es de utilidad, pero no cuenta con el dinero en ese momento, sí valdría la pena hacer uso de su plástico o solicitar un préstamo.
Por supuesto, primero verifique que el ahorro seguirá allí aún después de pagar los intereses. Esto no significa que no debería utilizar el crédito para nada que no cumpla con las tres preguntas.
Lo cierto es que de vez en cuando puede sacar su tarjeta y darse un gusto, pero en el día a día, lo recomendable es que siga esta regla. (¿Quiere saber si su tarjeta le ofrece buenos beneficios y una tasa de interés ideal? Compare las opciones y cambie de banco si aparece otra que le convenga más)