Una vez que compras la vivienda, sea nueva o usada, debes llevar a cabo algunos pagos para tener todos los papeles en regla y poder respirar con tranquilidad.
El Impuesto Sobre Adquisición de Inmuebles (ISAI), es un impuesto estatal que corresponde siempre al comprador. Su nombre varía dependiendo del estado en el que te encuentres así como su valor ya que cada Estado de la República define los valores. Normalmente va desde el 1% hasta el 4,5% del valor del inmueble.
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Para conocer el valor del impuesto en tu estado puedes consultar a la Tesorería Estatal o a la Secretaría de Finanzas. Quien recibe el pago es el notario que esté llevando a cabo la inscripción de la vivienda, por lo que el pago del impuesto se incluye en los gastos de escrituración, es decir, la inscripción en el Registro Público de la Propiedad y Comercio (RPPC) convertirse en el dueño legítimo de la propiedad y se realiza al momento de firmar la escritura.
Además de este impuesto también hay algunos otros gastos notariales que deberán ser cancelados por el comprador, estos incluyen los honorarios (dependerán del valor de la vivienda) y algunos otros que pueda solicitar el notario o la institución federativa con la que estés trabajando.
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