Tener una tarjeta de crédito puede representar libertad, ya que te permite realizar compras sin necesidad de tener efectivo en la cartera, diferir tus compras en varias cuotas, obtener recompensas, entre otros, pero para darle un uso adecuado es necesario un gran sentido de la responsabilidad, ya que de esa manera evitarás pagar cobros innecesarios.
Todos los plásticos vienen con diferentes cobros asociados, siendo los principales la tasa de interés y el pago por anualidad. La tasa de interés tendrás que pagarlos sí o sí cada vez que difieras tus compras en más de una cuota, y la anualidad deberás cancelarla si es que no cumples con los requisitos que la tarjeta puso para eliminarla (cumplir con un monto mínimo de consumo, por ejemplo).
Productos Personalizados
Sin embargo, hay otros dos cobros adicionales que acompañan a tu tarjeta, pero que, de usarla con cuidado, podrás evitar. Se trata de la comisión por retiro del cajero y de los cargos moratorios por no pagar a tiempo.
En primer lugar, la comisión por retiro del cajero puedes evitarla simplemente al no usar tu tarjeta con ese fin. Si planificas tus finanzas con cuidado, podrás evitar tener que disponer de tu plástico para obtener efectivo. Sobre todo porque en esos casos, un préstamo personal tiene intereses más bajos que las tarjetas, por lo que te convienen más que el retiro de efectivo.
En segundo lugar, los pagos por atrasos se evitan si buscas pagar a tiempo todas tus cuotas. Memorizar la fecha límite de pago es obligatorio. Anótala en tu celular, tu agenda o donde más te convenga, pero sí o sí, debes cumplirla. Si ves que se hace difícil cumplir con las cuotas de tu tarjeta, el primer paso es dejar de usarla, para no seguir aumentando la deuda, e inmediatamente conversar con la entidad emisora.
Recuerda, si le das un buen uso, tu tarjeta no tiene por qué generarte más gastos y además, puedes sacar provecho a las recompensas. ¿Estás buscando una tarjeta? Compara las opciones utilizando el comparador de tarjetas de Comparabien.