Muchas personas no entienden la importancia del historial crediticio y piensan que solo servirá para traer problemas. El historial crediticio es la historia de tus relaciones con los diferentes tipos de crédito y productos financieros y es algo que los bancos revisan al momento de evaluar si otorgarte o no el crédito que solicitaste.
Si al momento de revisar, ellos no ven nada, no podrán saber si eres confiable o no. Es decir, no tener historial crediticio es igual de malo que tener uno deficiente. La idea es que inicies tu historial y lo mantengas lleno de buenos calificativos, para que no haya duda al momento de pedir un crédito. Aunque suene complicado, puedes hacerlo en tres pasos:
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1. Abre una cuenta de ahorros:
Te ayudará a demostrar que tienes buenos hábitos de ahorro y responsabilidad. Una recomendación extra es que elijas aquella que te pague buenos intereses.
2. Solicita una tarjeta de crédito:
Puede ser una de almacén –que son las que más fácil se otorgan- o una de algún banco, lo importante es que la manejes adecuadamente. No utilices más del 40% de la línea de crédito y paga siempre antes de la fecha para evitar intereses. Al momento de elegir, compáralas todas, para que escojas la que te da mayores beneficios.
3. Obtén una línea telefónica postpago:
Esa también es una buena manera de demostrar puntualidad en los pagos. Elige un plan que no sea de tanta duración (máximo un año) y que no abarque tantos costos mensuales. Con estos tres pasos ya estás en el mapa, ellos podrán ver cómo te has comportado y, si lo hiciste bien, no habrá inconveniente al solicitar algún crédito.