Los retos de la vida

Actualizado el 22 de Septiembre 2014
La vida es tan maravillosa como sorprenderte, por eso es mejor estar preparado para cualquier situación que venga.
Los retos de la vida

La vida es como una montaña rusa, uno de esos juegos en los que te subes y sabes que vas a gritar todo el camino pero que nos encantan, o al menos a mi.

Digo que la vida se parece a uno de esos juegos porque cuando empieza el juego todo va despacio, un poco de subida pero sin sobresaltos. Como cuando fuimos niños. Luego el viaje comienza a ponerse interesante, bajadas intempestivas, vueltas pavorosas y mucho traqueteo para llegar a un punto en el que todo vuelve a la calma. Ya terminó el paseo y tenemos que bajarnos. Así es la vida, yo digo.

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Nada más que el tramo de bajadas, vueltas y traqueteos dura bastantes años. Antes de subirnos al juego mecánico podemos advertir el tipo de viaje que tendremos y mientras sentimos pánico de subirnos, por otro lado, queremos vivir la experiencia. Lo malo es que en la vida no podemos saber por anticipado que vueltas, bajadas o traqueteos traerá y cuando nos damos cuentas ya estamos embarcadas en el viaje.

Para esos retos son para los que hay que estar preparadas. Ya me pasó que en una de esas “bajadas intempestivas” fui a tropellada por un autobús de pasajeros. En ese momento tenía un muy buen trabajo, algunos ahorros, pero los gastos de ambulancia, hospitalización y rehabilitación no fueron nada baratos. Tenía un seguro de gastos médicos que cubrió una buena parte pero otro tanto lo tuve que pagar de mi bolsa.

Así que les dejo 3 puntos básicos para prepararnos para las vueltas de este maravilloso viaje llamado vida:

1. Contrata un seguro de gastos médicos mayores.

Antes de que sea demasiado tarde, tengas alguna enfermedad, tengas edad avanzada o alguna otra cosa que lo haga mucho más caro.

2. Separa de tu sueldo el 5% al mes para un fondo de emergencias.

Pienso que es un buen porcentaje pero tú eres la experta en tu cartera así que lo que separes de tu sueldo está bien. Siempre y cuando separes algo. Nunca sabes cuándo sucederá una emergencia y tengas que usarlo. Puede no ser necesariamente una emergencia de salud, tal vez sea en el hogar o personal. Siempre es bueno contar con un “colchoncito” donde caer.

3. Cuídate. No hay nada mejor que prevenir.

Tener cuidado en las calles, al comer, al hacer ejercicio, etc. Tómate tu tiempo para hacerte chequeos médicos de rutina, descansar, disfrutar de la vida y bajar el estrés que tanto nos aqueja últimamente. La precaución es un buen modo de ponernos en primer lugar de nuestra lista para estar lo mejor posible siempre.

Recuerda que en esta montaña rusa no sabemos dónde están las bajadas y las vueltas pavorosas. Mejor estar preparada pues como dice el dicho: “Mujer precavida vale por dos”.

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